El camino de la salud es una decisión diaria, una constante búsqueda de la que ninguna fórmula te lo da todo. Claro es que hay algunas fórmulas mejores que otras pero también esto nos adentra en los dilemas de la relatividad. Nunca estamos terminados y todos somos diferentes. Incluso somos diferentes de nosotros mismos hace tiempo atrás. Nos actualizamos, cambiamos, cometemos aciertos y cometemos desaciertos. Aprendemos y continuamos.
Este blog dedicado a la alimentación viva ha estado sin actualizarse por un tiempo, otras prioridades han tenido que ocupar su lugar. El nacimiento de la pequeña que ya tiene 3 años y la llegada de el bebé que ya tiene 9 meses han ocupado mi tiempo. Brevemente les cuento que mientras el primer embarazo fue 90% crudívoro, después del nacimiento de la niña empezamos a combinar más las comidas tradicionales con la alimentación que en ese tiempo seguíamos. Por un tiempo sin mayores problemas, ya que seguíamos siendo estrictos con respecto a no consumir azúcar o harina refinadas. En nuestro afán de llevar a cabo también el trabajo mental de ser flexibles y no buscar controlar todo, más o menos un año después empezó a caer la disciplina dando lugar a la adaptabilidad.
Sin hacer el cuento más largo al final de mi último embarazo subí mucho de peso como es mi tendencia si suelto la disciplina. Sin embargo no puedo decir que estoy de vuelta a donde comencé. Mi peso está alto en este momento pero mi vida es otra muy diferente. No me siento mal al respecto, que no se mal entienda esto, yo se y he experimentado niveles de salud muy altos y pienso recuperar esa vitalidad, pero desde adentro, desde mi ser, no me siento mal. La maternidad y la vida me han llevado a sentirme en paz, a vivir en el servicio a la humanidad que es criar hijos, el servicio que me corresponde en este momento. Dicho esto, también se que es momento de agregar a mi fórmula la salud y bienestar de mi vehículo humano, ya que mi salud y vitalidad benefician directamente la de toda la familia, y esto se extiende y se reparte, talvez para quienes lleguen a leer estas humildes palabras.
Empezamos el camino de regreso a la salud y la vitalidad, si bien pienso continuar en flexibilidad, definitivamente un gran porcentaje de la alimentación sigue siendo crudívora. Y para no preocuparnos por números dejémoslo en ALTO CONTENIDO CRUDÍVORO. Hoy en día esto transcurre más o menos así: Desayunamos smoothies, talvez un poco de cereal orgánico si me lo pide la niña, y si comemos una comida normal (como arroz, pasta o leguminosas), será acompañada de vegetales crudos, y la cena será una ensalada interesante. Fruta entre comidas seguramente, (la niña de gestación crudívora es la frutívora de la casa, la pide, la busca y la come en variedad). No espero avances a pasos agigantados como sucedió al ser 100% crudívora, pero también con esto estoy en paz. Volveré a registrar aquí el camino.
¡En Salud!
